Todo el mundo conoce aquella cita de Wilde que repito de memoria: hay algo peor a que hablen mal de ti y es que no hablen. Seguramente el genio irlandés no pensó en otra situación: que hablen con absoluta neutralidad y asepsia.
Los poetas noveles tenemos que enfrentarnos a la asepsia y falta de pasión de quienes hacen críticas de nuestros libros sin pasar más allá de la introducción y la contraportada. Esto lo digo porque cierta revista literaria acaba de publicar una breve reseña de Cuaderno de bitácora en la cual, por lo que he podido ver, se han limitado a parafrasear algunos extractos del prólogo que mi amigo y maestro Eduardo Valls escribió para mí. Al no haberse leído el libro, no pueden decir nada de él, ni bueno ni malo.
Es un trabajo largo y difícil esto de dar a conocer la obra de uno. Seguimos luchando de todos modos.
Los poetas noveles tenemos que enfrentarnos a la asepsia y falta de pasión de quienes hacen críticas de nuestros libros sin pasar más allá de la introducción y la contraportada. Esto lo digo porque cierta revista literaria acaba de publicar una breve reseña de Cuaderno de bitácora en la cual, por lo que he podido ver, se han limitado a parafrasear algunos extractos del prólogo que mi amigo y maestro Eduardo Valls escribió para mí. Al no haberse leído el libro, no pueden decir nada de él, ni bueno ni malo.
Es un trabajo largo y difícil esto de dar a conocer la obra de uno. Seguimos luchando de todos modos.