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Londres, United Kingdom

viernes, 3 de abril de 2009

Disco favorito de marzo

CELTIC FROST (Swi)
'Into the Pandemonium' (1987)
Noise Records
9

Me gusta el término Death Metal, pero si me pidieras que definiese el estilo de Celtic Frost tendría que decir que somos una banda de Rock pero en su forma más pesada, con un toque de avant-garde en buenas cantidades.
Tom Warrior

Dentro de la escena del Metal, si hay un grupo al que se le podría catalogar de avant-garde, éste fue, sin duda, Celtic Frost. Cada disco suyo supuso una nueva revolución. Si comenzaron pretendiendo ser la banda más pesada del mundo, estableciendo las bases de lo que ya se comenzaba a conocer como Death Metal, muy pronto se convirtieron en los primeros en alejarse de la misma ortodoxia que ellos mismos habían ayudado a crear. Y en 1987, con Into the Pandemonium, llegaron a su punto álgido. Un álbum que, inmerso por completo en la experimentación propia de los años 80, funde sobre una base del Metal más intenso elementos insólitos como la Ópera Rock, el Rock gótico, el New Wave o incluso el Hip Hop. De tal forma, destrozaron por completo el dogmatismo de un género poco dado a aperturismos, dejando una brecha abierta por la cual entrarían a borbotones un decadentismo sensual y una sensibilidad poética antes inexistentes en el Metal. Así, un tema especialmente atmosférico y melancólico, "Tristesses de la Lune", es en realidad la musicalización de un soneto de Charles Baudelaire. Violines, violas, violoncelos y trompetas suenan junto a guitarras eléctricas, baterías y bajos en la operística "Rex Irae". "One In Their Pride", por el contrario, es un himno futurista a la exploración espacial. Pero la confusión para el oyente tradicional no llega solamente por el eclecticismo, desde luego. Otra de las curiosidades del disco es su clasificación. Una mirada atenta al orden de las canciones y unas cuantas escuchas explican la rara sensación que a uno le queda siempre tras poner el CD en la bandeja: el disco está del revés. Comienza con una versión (el "Mexican Radio" del grupo New Wave Wall of Voodoo) y termina con una introducción instrumental, la tenebrosa "Oriental Masquerade".

La idea de hacer un disco como éste ya llevaba rondando las cabezas del trío suizo desde hacía algunos años. Entrevistas anteriores nos demuestran cómo tenían en mente grabar una especia de trilogía, siendo precisamente Into the Pandemonium la joya final de la corona, un disco que ya desde un comienzo sabían que iba a ser más experimental, más ambicioso, según sus propias palabras sobradas de vanidad la crème de la crème del avant-garde. Incluso se planteaban separarse al terminar su trilogía, cosa que en realidad no harían sino hasta tres años después de sufrir el fracaso estrepitoso de sus dos siguientes discos: Cold Lake (1988) y Vanity/Nemesis (1990).
En cualquier caso, las limitaciones económicas de su discográfica y la consecuente falta de medios tecnológicos, provocaron que este disco no llegase a brillar tanto como en sus soñadoras ambiciones. Hubieron de pasar más de diez años para que una reedición del mismo hiciera posible satisfacer las aspiraciones del grupo que, sólo un año después de la edición del magnífico Master of Puppets de Metallica, había demostrado que en el mundo del Metal no sólo era posible hacer música de altísima calidad compositiva, sino que también había cabida para la experimentación, alcanzando de esta forma su estado de madurez.

Todas las canciones citadas tienen links a Youtube, de modo que no dejo esta vez ningún vídeo. Por otra parte, CF nunca llegaron a grabar ningún vídeo clip para este disco. Supongo que se gastaron todo el dinero en contratar músicos de estudio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo

morbidfrost@hotmail.com