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domingo, 21 de junio de 2009

Traducción de dos poemas de Hilda Doolittle

Hilda Doolittle, o H.D., que es como solía firmar sus obras, fue uno de los miembros más relevantes del movimiento imagista. Según Pound, de hecho, el primer miembro del imagismo, pues fueron precisamente unos poemas de esta americana afincada en Londres los que le inspiraron a dar nombre al nuevo estilo allá por 1912.
H.D. avocaría por una poesía directa, clara y concisa, alejada de barroquismos, musical y, sobre todo, buscando una objetividad que mostrase el objeto presentándolo directamente y no representándolo.
He escogido dos poemas para traducir. El primero, Oréade, por ser quizá el más conocido de esta poetisa, muy representativo del estilo imagista, cargado de fuerza y muy sexual (Doolittle ha sido en ocasiones comparada con la pintora Georgia O'Keeffe). El segundo contiene una primera parte que es quizá declaración de intenciones imagista, por su relación entre belleza y dureza, y una segunda parte que seguro que gustará a los que ahora mismo están en España pasando calor. Ahí van.


Oréade

Mar, agítate.
Agita tus pinares puntiagudos,
lanza tus enormes pinos sobre
nuestras rocas;
echa tu verdor sobre nosotros,
cúbrenos con un fangal de abeto.


Jardín

I

Tú eres clara, rosa,
tallada en roca, dura
como tormenta de granizo.

Podría escarbar el color
de los pétalos como
tinte desaguado de una roca.

Si pudiera quebrantarte
yo podría quebrantar un árbol.

Si pudiera sacudir
si pudiera quebrantar un árbol,
yo podría quebrantarte.


II

Oh viento, desgarra el calor,
raja el calor,
desgárralo en jirones.

La fruta no puede caer
con este aire tan denso.
No puede caerse al calor
que estruja y desnariga
las puntas de las peras
y redondea las uvas.

Corta el calor,
labra sobre él
deshaciéndolo a ambos lados
de tu camino.

lunes, 15 de junio de 2009

Poe y la pintura I (Romanticismo americano)

Aprovechando el bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe y lo que he estudiado sobre él en los últimos meses con motivo de algunas conferencias voy a escribir una breve serie de artículos sobre la relación entre Poe y el tercer arte, creando en la medida de lo posible una especie de exposición en línea: Poe y la pintura.

Una lectura superficial de los relatos más conocidos de Poe y un conocimiento básico de la pintura romántica nos pueden bastar para darnos cuenta del enorme peso que ésta supuso sobre la obra de aquél. En ciertos pasajes descriptivos, casi podemos llegar a decir que Poe trataba de pintar más que de describir. En otros, la influencia de sus pintores favoritos –a los cuales menciona en más de una ocasión– se hace notar incluso en la trama. Eso sin olvidar, por supuesto, aquellos relatos en los cuales una pintura tiene el papel principal, como en The Oval Portrait (1842).

Quisiera señalar, no obstante, un único relato que tengo mejor estudiado y que, opino, muestra con mayor claridad estas tres tendencias. Me refiero a The Fall of the House of Usher (1839).

La descripción inicial del paraje que envuelve la casa de Usher, en la cual se desarrolla la idea de que es la primera impresión –esto es, la intuitiva– la que frecuentemente se desvela como auténtica, es una clara evocación de la pintura romántica creada pocas décadas antes. Una figura llega a la mente con particular claridad: Washington Allston, poeta y pintor americano, amigo personal de Coleridge, quien, vale la pena recordar, fue una de las mayores influencias sobre las teorías literarias de Poe. Ambos creían en la común inspiración de la literatura y las artes plásticas, Poe yendo luego aún más lejos al pretender crear en sus relatos el mismo efecto que provocan las pinturas, las cuales pueden ser disfrutadas de un vistazo. Allston fue, asimismo, uno de los primeros teóricos sobre la pintura romántica y, aunque su obra Lectures on Art se publicó tiempo después de morir Poe, no es descabellado pensar que éste ya conocía algunas de sus ideas, con las cuales coincide en más de una ocasión. Echemos un vistazo a su cuadro Elijah Fed by the Ravens (1818) y leamos la cita extraída del relato de Poe:

"There was an iciness, a sinking, a sickening of the heart—an unredeemed dreariness of thought which no goading of the imagination could torture into aught of the sublime".

Cita y cuadro, nos llevan a pensar en la filosofía de Edmund Burke -padre teórico del romanticismo inglés- y su idea de lo sublime teniendo el dolor como base (o el horror, en el caso que nos ocupa). Un cuadro en el cual, además, como vemos, aparece el famoso pájaro que Poe inmortalizaría con su poema The Raven (1845).

Pero no sería la única pintura de Allston que quizá inspirase al maestro del terror y el misterio. The Dead Man Revived by the Bones of the Prophet (1814), creada poco antes de la muerte de su esposa, nos habla de un tema que Poe desarrolló luego con profusión: la delgada línea entre la vida y la muerte y la resurrección.

Otros pintores románticos que pudieron ejercer una influencia sobre Poe o que, por lo menos, trabajaron sobre temas similares, son los miembros de la Hudson River School, liderados por Thomas Cole, famoso autor de la alegoría The Voyage of Life (1840) así como de numerosos paisajes románticos ambientados en el valle del Río Hudson y sus alrededores. Dejemos como ejemplo algunas obras en las cuales podemos ver el influjo gótico que alimentaría también al escritor.

Dos paisajes de Thomas Cole, a la izquierda Romantic Lanscape with Ruined Tower (1831-1836) y, a la derecha, The Oxbow (1836). La búsqueda del paisaje edénico no era una actividad particular de los pintores. Poe también se atrevió a ello con relatos como The Landscape Garden (1842), The Domain of Arnheim (1847) o Landor's Cottage (1849), su último relato antes de morir. Esto contrastaría con los paisajes creadores de horror que encontramos en muchos otros relatos suyos, y que tendrían su representación en el cuadro de Allston expuesto más arriba.


Twilight in the Wilderness (1860), obra del que fuera alumno de Thomas Cole, Frederic Edwin Church, miembro prominente de la segunda generación de la Hudson River School. Cole murió en 1848, un año antes que Poe, pero muchos otros artistas siguieron sus pasos hasta llegar casi al siglo XX.


Mountain Landscape and Waterfall (1879), de Hermann Ottomar Herzog, otro heredero del estilo desarrollado por la primera generación.


Storm in the Rocky Mountains (1886), del exitoso autor tardoromántico Albert Bierstadt. Tanto él como Herzog eran inmigrantes alemanes. Este cuadro muestra ya otro movimiento nacido de la Hudson River School: el luminismo.

Sería este tipo de pintura paisajística por la que serían conocidos tanto Cole como sus compañeros y pupilos, los cuales conformarían la que quizá fuera la primera gran escuela de pintura situada en los Estados Unidos aunque, eso sí, aún muy influida por el romanticismo británico con figuras como James Ward o Henry Fuseli. Pero de eso ya hablaré en la siguiente parte: Poe y el romanticismo británico.

jueves, 11 de junio de 2009

Dos poemas en inglés / Two poems in English

Ya que he decidido vivir en Londres por una temporada, he pensado que debería comenzar a escribir también en inglés. Todavía tengo algunos fallos, pero voy mejorando. Mi inspiración es clara: Amy Lowell, John Gould Fletcher, William Butler Yeats... Ya encontraré mi propio estilo.

Since I've decided to live in London for a time, I've thought that I should start to write in English too. I still make some mistakes, but I'm improving. My inspiration is clear: Amy Lowell, John Gould Fletcher, William Butler Yeats... I will eventually find my own style.

Gracias a Abby por su ayuda / Thanks to Abby for her help.



Swan song

Let me lie among the reeds,
let me lie among the busy swans.
I know that they can’t sing:
I’ll sing for them about the misty dawn
that doesn’t come,
about the girl who leapt much like
the moon upon the fence of my static home,
challenging me
with pallid vibration.


Light flowers

I sleep
and right above my head
hangs a dim, withering rose.
All her essence drops
on my lips, the avid dreamers,
unconcerned
with the ghostly beauty of her decay.

Ah, they dream
of blossoming flowers
twinkling in the dark.

viernes, 5 de junio de 2009

Disco favorito de mayo

ANTIMATTER (UK)
‘Saviour’ (2001)

Prophecy Records

8


Aprovecho que llevo más de una semana completa viviendo en Londres para volver a actualizar el blog y, de paso, celebrar mi llegada con la crítica de un disco británico de los últimos años. Se trata del grupo Antimatter, proyecto paralelo de Duncan Patterson de Anathema que pronto pasaría a convertirse en una banda propiamente dicha al acaparar todo el esfuerzo de este polifacético artista. ‘Saviour’ fue su primer disco y, por lo tanto, su declaración de intenciones. Tengo dudas de que sea su mejor oferta, ‘Lights Out’, su siguiente álbum, es un serio contrincante, pero a pesar de todo me voy a decantar por escribir una crítica sobre esta pequeña joya desapercibida para muchos.
La propuesta de Antimatter, lejos de continuar por los senderos de Anathema, lo cual no tendría mucho sentido, consiste en darle una vuelta de tuerca al género Trip-Hop que tanto éxito tuvo en los noventa con bandas como Massive Attack o Portishead. Lentos ritmos electrónicos que, unidos a las atmósferas creadas por los teclados provocan en el oyente una sensación de ensoñación y trance. La aportación de Antimatter consiste en hacer uso de esta herramienta para crear claroscuros y penumbras, dejándose tentar pero sin caer nunca en lo gótico. ‘Saviour’ es un disco que profundiza en el lado oscuro que álbumes como ‘Dummy’ o ‘Mezzanine’ ya contenían, lanzando sobre ellos una sombra más larga, una luz entre las nubes, una cualidad más romántica pero al tiempo absolutamente contemporánea.
Una de las cualidades más sorprendentes del disco es su variedad dentro del estilo propio. Esto se debe, por una parte, a que los temas no fueron compuestos por la banda en conjunto, sino que los dos miembros principales se repartieron el trabajo de composición sin interferirse. La segunda razón es la participación de tres cantantes diferentes: dos chicas y el compañero de Patterson y confundador, Michael Moss. De tal forma, aunque el efecto de ensoñación no se quiebra nunca, éste no es monocromático, sino que tiene ondulaciones y tonalidades y, al final, el viaje se nos ha hecho más ameno, tanto que no es raro dejar el disco puesto para que suene varias veces sin detenerse.
Tengo muchos temas favoritos en este disco y me es muy difícil escoger, temas como “Psalms” o “The Last Laugh”, pero parece que hay uno en particular que tiene relativo éxito en Youtube, de modo que os dejo el vídeo (no oficial) de “Flowers”, posiblemente la canción más oscura, envolvente y romántica de toda la obra.