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Londres, United Kingdom

viernes, 6 de marzo de 2009

Disco favorito de febrero

ACID HORSE (US/UK)
'No Name, No Slogan' (1989)
Wax Trax!
8

De sobras es conocido el interés de Al Jourgensen por lo británico. El líder de Ministry llegó hasta el punto de cantar imitando el acento “brit” en un primer disco que, por otra parte, era la versión americana de un estilo tan eminentemente inglés como es el New Wave. Chris Connelly, colaborador de Jourgensen durante la época dorada de la música industrial a finales de los ochenta, nos habla en su libro de cómo éste llegaba al punto de utilizar expresiones inglesas en las entrevistas que les hacían en Londres. También nos hace notar la profunda admiración que el histriónico yanqui sentía por un grupo británico iniciador del movimiento industrial: Cabaret Voltaire. Fruto de esta admiración sería el proyecto conocido como Acid Horse, pues en él se unieron de la mano los dos lados del atlántico. Por la parte americana, Ministry. Por la parte británica, Cabaret Voltaire. Como prácticamente todos los proyectos de Jourgensen, Acid Horse tuvo menos duración que un helado en la cara iluminada de Mercurio, pero fue suficiente para componer un solo tema que, grabado en dos versiones diferentes, conformaría su único single: “No Name, No Slogan”. Este tema, a mi juicio, es de lo más interesante que surgió de entre la miríada de proyectos organizados en torno a Ministry en estas fechas, lo cual es decir mucho. En su primera versión, nos encontramos con una canción más cercana al sonido que ya en estos momentos (1988/1989) Ministry estaban abandonando en pos de un estilo más brutal y agresivo, pero que seguían manteniendo con PTP. Se trata de un tema muy rítmico y pegadizo, que incita rápidamente al movimiento, básicamente electrónico pero con algunas pinceladas de guitarra y psicodelia. La segunda versión, por el contrario, se acerca más al sonido de Cabaret Voltaire, menos directo y más elaborado, más experimental y atrevido incluso, con voces robóticas y una atmósfera aún más psicodélica. Ambas tienen un cierto regustillo americano (¡del lejano oeste!) que, aderezado por algunos samples tomados de la película Por un puñado de dólares y algunos “Uh, Ah!” imitando la banda sonora de Ennio Morricone le dan un toque muy particular a la canción (en sus dos versiones), muy propio de esta época de experimentación electrónica de finales de los ochenta (creo que tiene también cierto aire a lo que hacían Wall of Voodoo en el 82). Lamentablemente, lo que podría haber sido una colaboración fructífera, se quedó ahí, pero tenemos todo el sinfín de proyectos que surgieron de las mentes de estos verdaderos genios del industrial que fueron Al Jourgensen, Chris Connelly y compañía. El single, aún disponible por Internet, también se encuentra como parte de la recopilación Side Trax, publicada por Ministry en 2004, junto a temas de algunos otros proyectos de corta duración.

Os dejo el único vídeo que he encontrado en Youtube con el tema original, si bien las imágenes son parte de la película El Cuervo (1994), que no tiene nada que ver.


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